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jueves, 6 de septiembre de 2012

Gafas

Gafas de sol, de vista, de cerca, para leer, de marca, para la playa. Gafas rojas, negras, azules, violetas, moras, doradas, púrpura. Gafas de pasta, finas, gordas, pequeñas, grandes, de moda, pasadas. Hay muchos  tipos de gafas que te permiten sentirte bien contigo mismo, estar a gusto, estar incómodos, que te gusten o que las odies. Hay gafas que se usan para aparentar, como máscara, simplemente por necesidad o para poder ver mejor. Lo cierto de las gafas es que en ellas se refleja lo que tus ojos ven, y hay veces que tus gafas saben más que tú. Por tanto, lo realmente importante de las gafas no es si la gente te ve bien con ellas, sino si tú realmente ves bien a la gente, para ello deberían existir gafas interiores, no solo superficiales. Hay gafas que se usan para poder ver mejor, esas son las claves de todo esto...son aquellas que te permiten convertir algo que tu ves completamente borroso y que te cuesta mucho distinguir, a algo completamente distinto de lo cual agradeces poder ver hasta el último de sus detalles. Como bien dije al principio, si las gafas sirven como máscara, o por aparentar, ¿qué pasaría si otra persona pudiese ver con sus gafas interiores, lo que de verdad eres en el fondo? ¿Y si existiesen ese tipo de gafas? Aquellas que puedan descubrir lo que uno es en realidad y no lo que aparenta ser superficialmente. La verdad es que no lo se, el caso es que todos tenemos unas gafas superficiales, siempre nos queda algo por mostrar...tenemos que aprender a fabricarnos...
Nuestras propias gafas en el interior.

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